Bodegas Jackson-Triggs en Niagara on the Lake

Canadá es un país maravilloso, repleto de sitios para conocer y dependiendo de la estación, el mismo lugar es totalmente diferente, es como si cada pincelada de la naturaleza convierte el lugar en único y nuevo.

Hoy la visita es a las Bodegas Jackson-Triggs ubicadas en Niagara Estate. Este viñedo y bodega queda en la zona de Niagara on the Lake, que debido a su clima y humedad producido por el lago de Ontario tiene similitud con los vinos de Borgoña, Oregon y Nueva Zelanda, pero con características propias de las tierras canadienses.

La visita es guiada por las instalaciones de la bodega explicando los distintos procesos desde el momento de la vendimia hasta el embotellamiento, los tipos de uvas seleccionadas en la región del Niágara y la búsqueda constante de los enólogos para mejorar la calidad del vino.

En la zona de maceración y fermentado, nos explican los distintos procesos que realizan hasta llegar al momento de colocarlos en barricas de roble para su añejamiento, convertiendo los fermentos de la vid en un delicioso vino.

Posterior a la visita ofrecen la cata de variados vinos. Personalmente me encantaron los vinos Riesling Icewine, o vino de hielo. Es delicioso, suave, ligeramente dulce, afrutado, nada empalagoso y a la vez refrescante.

Su costo es alto, pero si tenemos en cuenta los múltiples factores que hacen más compleja su producción, realmente creo que su precio es justo.

Para empezar la uva debe dejarse madurando en la cepa por más tiempo que la vendimia normal, para conseguir mayor concentración de azúcares y a la espera del frío que permita que la uva se congele.

Se cosecha únicamente cuando la temperatura ambiental alcanza -8 grados centígrados durante un período sostenido. La recolecta se realiza por la noche o en la madrugada, para evitar que se descongele y se prensa inmediatamente, cuando todavía está congelada.

El período de fermentación es más prolongado por el alto contenido de azúcares. Un vino normal puede durar días o semanas la fermentación, mientras que el icewine o vino de hielo puede durar meses.

Ya conociendo la dificultad para producir este rico vino, lo saboreamos con mayor gratitud y siempre que se pueda hay que darse un buen gusto.

Saliendo de la bodega recorremos el camino rodeado por extensos viñedos y bosques, disfrutando del aire puro, casas de campo típicas de la zona y poco a poco llegaremos a la próxima parada: las Cataratas del Niágara, pero eso, lo veremos en la próxima.

¡Hasta la próxima!