Paseo en el barco Antonio de Ulloa
El barco Antonio de Ulloa está ubicado en el pueblo de Medina de Ríoseco, en Valladolid. Este barco hace un recorrido por el Canal de Castilla que realmente vale la pena viajar hasta este sitio para conocerlo.
En su recorrido podremos disfrutar del paisaje, las aves, las esclusas, la historia que el personal del barco cuenta y resumo a continuación.
La historia del Canal de Castilla se remonta a 1753, cuando Antonio de Ulloa con el ingeniero Carlos Lemaur diseñaron el trayecto. Sin embargo, ellos no alcanzaron a verlo terminado, ya que múltiples dificultales hicieron que se finalizara en el año 1849.
La idea fue de Fernando VI y el Marqués de la Ensenada para impulsar la economía de Castilla hacia el Cantábrico transportando lana, vino y cereales a través de las 300 barcazas impulsadas por caballos y bueyes en las orillas del Canal. Este canal recorre las provincias de Burgos, Palencia y Valladolid con un recorrido de 207 kilómetros y en el Ramal Norte tiene es de 75 kilómetros con 24 esclusas.
El Canal se cerró definitivamente para la navegación en 1959 con la llegada del ferrocarril. En la actualidad su función es dar servicio de agua a los regadíos y fomentar el turismo histórico.
Mientras espera la hora de salida del barco se puede visitar la antigua Fábrica de Harinas San Antonio, un lugar maravilloso, muy bien conservado y con mucha historia. Allí podremos ver los molinos, cernedores y maquinaria que, para su época, eran de última generación y que aún funcionan. El primer propietario de la fábrica fue Antonio de Hoyos y la maquinaria que encargó tenía que moler 17000 kilos de trigo en 24 horas, iniciando sus operaciones en 1852. Todo un pionero de su época.
La fábrica trabajó con normalidad hasta el año 1991. Actualmente es propiedad del Ayuntamiento de Medina de Rio Seco.
Para el hospedaje elegimos La Posada del Canal, ubicada en Villanueva de San Mancio, a 8 minutos en coche hasta la salida del barco. Una posada espectacular, con excelentes habitaciones, un trato maravilloso, atendida por su propia dueña y con una variedad en la comida que diariamente ofrecen a los huespedes. Es un sitio al que volveremos sin lugar a dudas.
En nuestra visita a Valladolid hicimos otras recorridos, visitando el Castillo de Peñafiel, el paseo en barco por el río Pisuerga y las Bodegas Protos. Pero esa será otra historia que les contaré en otra oportunidad.
¡Nos vemos pronto!