CREMA de Calabacín FÁCIL y SIN ESPESANTES
La crema de calabacín, con su suave textura y delicado sabor, es una opción reconfortante, nutritiva y saludable.
El origen de las sopas cremosas no puede atribuirse a un lugar o momento específico, ya que el desarrollo de este tipo de sopas ha sido gradual y diverso en diversas culturas culinarias a lo largo del tiempo.
En la cocina europea, especialmente la francesa, se han desarrollado sopas cremosas, como la vichyssoise (una sopa de puerros, patatas, cebollas, nata y caldo), que tiene sus raíces en la cocina franco-americana. Además, las técnicas de puré con el uso de ingredientes lácteos para dar cremosidad, son elementos comunes en la cocina europea.
En la cocina asiática, se han creado sopas cremosas, como las sopas de miso japonesas, de textura suave y un sabor umami.
En la cocina tailandesa, la leche de coco se utiliza a menudo para aportar cremosidad a las sopas.
En resumen, las sopas cremosas han evolucionado a lo largo del tiempo y de las cocinas globales, incorporando ingredientes y técnicas que resaltan las texturas y sabores.
Crema de Calabacín
Tiempo de preparación: 15 minutos
Tiempo de cocción: 15 minutos
Porciones: 4
Ingredientes:
Cebolla grande 1 U.
Calabacín 2 U.
Nata (crema de leche) ½ taza
Caldo o agua 2 taza
Sal al gusto
Pimienta al gusto
Aceite c/n
Preparación:
Rallar el calabacín y reservar.
Cortar la cebolla muy pequeñita y reservar.
En un sartén colocar un chorrito de aceite y colocar la cebolla a fuego medio.
Pochar la cebolla hasta que tome se vea transparente.
Agregar los calabacines y mezclar bien.
Tapar el sartén para que el calor ablande el calabacín.
Cuando haya ablandado destapar, cocinar por 3 minutos más y retirar.
Colocar en una licuadora el calabacín.
Agregar la nata (crema de leche) y licuar.
Incorporar el caldo o agua y volver a licuar.
Agregar la sal y la pimienta y licuar nuevamente.
La mezcla quedará perfectamente cremosa y lista para servir.
¡Hasta la próxima!
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