Rupit: una villa medieval

Hace años visité esta villa tan especial. Ubicada a 107 kilómetros de Barcelona, el recorrido en coche desde la capital es de aproximadamente de 1:40 minutos.

Nada más llegar se aprecia el conjunto de casas edificadas en piedra, con tejas rojas, similares a las de la época medieval. Aún conservan algunas casas originales y los escudos de las familias en los portales. El origen de esta villa, dice la historia, que es del año 1000 aproximadamente.

Es llamativo que las viviendas en la actualidad son construidas en piedra. Existe una ordenanza municipal que los habitantes cumplen, consiguiendo mantener la armonía arquitectónica de la villa. Esto es lo que hace tan original a Rupit.

Hay casas edificadas debajo de enormes rocas, otras cuyo techo y parte de la edificación están en la roca misma.

Las calles estrechas y empedradas, producen un sonido que nos hace imaginar haber retrocedido en el tiempo. Están muy limpias, bien iluminadas y cada pocos pasos hay portales de madera muy trabajados por expertos artesanos.

El arroyo Rupit divide parte del pueblo y se puede pasar de un lado de la orilla al otro a través del Puente Colgante.

Actualmente existen aproximadamente 270 habitantes en la villa. La mayoría trabaja para atender el turismo que es numeroso los fines de semana.

En cuanto a la gastronomía se pueden dar un banquete en cualquiera de los restaurant que ofrecen productos de la tierra típicos de la comida catalana y mediterránea. Personalmente he visitado la Fonda Marsal, excelente comida y atención.

Finalmente, hay tiendas que venden toda clase de productos. Un ejemplo es la Botiga Ca l'Ample de Rupit, fundada en 1850. Si quieren comprar embutidos, carnes, quesos y vinos, la tienda Embotits Maria Carmen. Si quermos un delicioso pan de excelente calidad, está el Forn de Pa L'Era con panes payes, panes de cereales, barras de pan, cocadas, panes dulces y panecillos. Por último si buscan un recuerdo o regalo artesanal está la tienda Silbando Bajito, que tienen cerámica pintada a mano alzada.

En esta villa encontramos naturaleza, historia y buena comida. La próxima vez me quedaré en uno de los maravillososo hostales para disfrutar con detenimiento toda lo que ofrece la zona y visitar los alrededores como por ejemplo la Font de la Pomareda y San Juan de Fabregues.

Hosta la próxima!